viernes, 5 de agosto de 2011

Atrapado entre la páscua y el pentecostés

Tema: “Atrapado entre la Pascua y el Pentecostés”


La pascua era la fiesta en que se conmemoraba la liberación del pueblo Hebreo. El Pentecostés era celebrado a los 50 días después de la Pascua y también era llamada de fiesta de la cosecha. Ambas fechas eran muy importantes en el calendario judío.

Además de ser fechas importantes para los judíos, ambas fiestas vinieron a tener un significado especial para los cristianos. Esto porque fue en un domingo de pascua que nuestro Señor resucitó, y en un día de Pentecostés él envió su espíritu por primera vez sobre la iglesia, y fue en esta ocasión que los discípulos comenzaron sus ministerios.

De este modo, la pascua viene a representar para nosotros la liberación de la vida antigua, o el nuevo nacimiento. El pentecostés representa, en un sentido espiritual, nuestro desarrollo ministerial en el poder del Espírito.

Infelizmente, muchos cristianos aunque conocen estas verdades, no viven según ellas. Ellos hasta conocen de la cruz… quizás han tenido la experiencia del nuevo nacimiento, pero viven como si no fuesen habitados o impulsados por el Espíritu.

Son siempre bebes espirituales pidiendo cuidados especiales en lugar de ser mayordomos de sus hermanos y predicar el evangelio.

Por definición, me gusta decir que estos cristianos están atrapados entre la Pascua y el Pentecostés. ¿Pero como identificar un cristiano atrapado?

I. IDENTIFICANDO EL CRISTIANO ATRAPADO ENTRE LA PASCUA Y EL PENTECOSTÉS

1. En primer lugar, el cristiano atrapado entre la pascua y el pentecostés es aquel que dice tener una experiencia con Jesús, mas no vive una experiencia fructífera en el Espíritu.
Dice que conoce a Dios, conoce lo que Dios requiere en su palabra, pero su vida es egoísta. Hace nada o muy poco para que otros conozcan a Cristo. Pasa toda la semana atrapado en otras cuestiones y cuando, por obra de la gracia, sale a evangelizar por un par de horas, ya se cree “súper espiritual” y dueño de Dios.

Para el cristiano atrapado entre la Pascua y el Pentecostés, cristianismo es algo que se hace una o dos veces a la semana. Es como una misa evangélica, en la que entras, oyes y luego te vas, sin añadir ni un centímetro a tu vida espiritual.

2. En segundo lugar, un cristiano atrapado entre la pascua y el pentecostés es alguien que debía ser maestro por el tiempo, pero sigue cometiendo los mismos errores
El está hace tanto tiempo atrapado entre la pascua y el pentecostés, que ya debía ser maestro por el tiempo. Sin embargo, sigue metiéndose en los mismos problemas de antes. Sigue rebelándose contra la autoridad del pastor, sigue haciendo chismes de los hermanos, sigue juntándose con cristianos malogrados que hacen daño a la iglesia. Y en todo esto piensa que tiene la razón: “Está tanto tiempo atrapado en esta situación que ya actúa como si esto fuera natural”.

3. Tercero: aquellos que están atrapados entre la pascua y el pentecostés quieren disfrutar de los privilegios de ser cristianos, sin asumir responsabilidades de cristianos
Quiere ser cuidado de modo especial. Exige que como miembro, debe dirigir cultos, ama el pulpito; predicar es su mayor anhelo, quiere un cargo en la iglesia que le haga reconocido por todos, pero huye de las tareas más simples. Nunca verás a este cristiano con una escoba en la mano, porque lo considera algo indigno de una creatura tan noble. Nunca lo verás apoyando para cambiar un foco: “esto lo hacen los cristianos de segunda clase”. Nunca apoya en la limpieza del templo. ¿Salir a evangelizar? Está muy ocupado como para involucrarse en una tarea así.

Los privilegios son proporcionales a las responsabilidades. Quien quiere privilegios debe demonstrar a todos lo mucho que es responsable. Debe demonstrar que está comprometido. Debe tener un carácter maduro, esclarecido. Quien quiere cosas grandes, debe primero acomodarse a las humildes.

4. Cristianos atrapados entre la Pascua y el Pentecostés ven problema en todo, pero nunca son capaces de señalar la solución
Su pasatiempo preferido es criticar. Si el dedicara el tiempo que gasta criticando, chismoseando y murmurando, a predicar, ¡De cierto la iglesia estaría muy llena! Pero el tiene el ministerio de la crítica: ¿Porque hace así y no el otro? ¿Porque el pastor hace esto? ¿Porque la hermana tal y no yo?, y siquiera sueña que los demás le van ultrapasando en gracia, en conocimiento y responsabilidad porque el quedó atrapado entre la pascua y el pentecostés. Se olvidó que había más por delante y paró. Y como la obra de Dios no para, Dios levanta otras personas para el ministerio.

Estos “cristianos” hacen barra cada vez que contemplan la posibilidad de un problema. Anhelan que las cosas salgan mal para después decir: “¿Ya ves como yo tenía la razón?” Y así, van profetizando contra la obra que Dios está haciendo en medio de sus hermanos. Pero, que se puede esperar de una vida sin el verdadero poder del cielo? Nada más que murmuración y una voluntad diabólica de que todo salga mal.


5. Finalmente, los que están atrapados entre la pascua y el pentecostés no se desarrollan ministerialmente
Cristianos atrapados entre la pascua y el pentecostés no tienen ministerio, y se tienen no lo hacen bien. Ocupan posiciones, pero no llevan al cambio de las almas. No hay crecimiento espiritual: Siempre los mismos enanos de siempre con sus pañales y biberón espiritual, ¡”Y aún así quieren ministrar!”.

No les gusta un mensaje como este. Odian la exhortación. Como dice el escritor a los Hebreos: “no pueden soportar el alimento sólido; quieren siempre lechecita!” Queda muy enojado cuando el pastor usa el sermón para exhortar, porque no puede digerir palabras como esta. ¡Solo puede con leche! Por esto nunca se desarrollan ministerialmente. Tomasen en serio este tema y lo practicasen, serian maestros.


II. PERO ¿QUÉ DEBE HACER UN CRISTIANO ATRAPADO ENTRE LA PASCUA Y EL PENTECOSTÉS?


1. Buscar ser lleno del poder de Dios en oración
Nadie puede salir de esta condición espiritual sin recurrir a Dios en oración. Los discípulos estaban igual de atrapados. Después de la muerte (Calvario) ellos se mandaron todos a pescar. Pero cuando se metieron a orar en el cenáculo, y allí pasaron 10 días en oración, alcanzaron el pentecostés! Ya no más atrapados en una vida de conocimiento de la verdad pero sin poder para cambiar; Fueron llenos del poder y anunciaban con osadía la Palabra.

2. Arrepentirse y olvidar los fracasos de ayer. ¡Hoy es tu tiempo!
Cuándo se levantaron en el cenáculo, no lo hicieron para recordar el pasado con remordimiento: ¡Ya el pasado quedó atrás! Ahora es comenzar de nuevo. Si ayer viviste en esta condición, recuerda que los apóstoles igual lo vivieron, pero se arrepintieron y comenzaron de nuevo. Comienza a desarrollar una nueva vida hoy. ¡Hoy es tu tiempo!

3. Llevar los frutos del Espíritu en su vida
Si hay una verdad universal aquí, es que una vida influenciada por el Espíritu produce las obras del Espíritu. Comience a cultivar los frutos del Espíritu en tu vida. Demuestra con tu carácter que usted realmente cambió. Demuestra con tus hechos que usted no es un murmurador y critico de lo que Dios está haciendo. Recuerda de Zaqueo: “Restituyo 4 veces más” – La prueba del arrepentimiento es el esfuerzo por hacer diferente.

4. Asumir sus responsabilidades como cristiano y salir a ministrar a otros
Ya no sea el bebe del grupo, sino el hermano mayor. Cuida a los hermanos. Ministra a los visitantes con amor: Un abrazo, cambiar teléfonos, una amistad, todo esto es ministración. Ministra los otros en amor.

5. Dejar de criticar estructuras y trabajadores del evangelio e involucrarse en algo que Dios esté haciendo
Dios está haciendo grandes cosas. Siempre. Por lo general, nosotros deseamos que Dios bendiga lo que estamos haciendo, cuando lo correcto es pedirle que permita que participemos de lo que él está bendiciendo. Hay muchas cosas que Dios está haciendo en tu iglesia. ¡Involúcrate en algo que Dios esté bendiciendo!

Conclusión:

El cristiano no debe quedar en el nuevo nacimiento: El es el inicio de una carrera que dura toda la vida. Usted fue llamado para la acción. Cruce la línea del pentecostés y comience a ministrar. Usted fue llamado para ser bendición. ¡Sea bendición!

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