Tema: “Cinco lenguajes del amor”
Texto: Rm 13.8
Nuestras necesidades pueden tener tres orígenes: Físicas, emocionales y espirituales. De la satisfacción de estas necesidades depende nuestro bienestar. En lo físico, debemos alimentarnos, cuidar de nuestra apariencia y salud por medio del buen arreglo y de actividades físicas. En lo espiritual, nos nutrimos de la Palabra de Dios, nos fortalecemos en oración y nos desarrollamos en el ministerio. En lo emocional, debemos buscar el equilibrio de las sensaciones y sentimientos, contemplando buenas experiencias, pues al final, las emociones son las grandes responsables por las decisiones que tomamos.
Acepte usted o no, el hecho es que todos actuamos muchas veces por las emociones. Compramos por causa de las propagandas, y ¿Qué hacen las propagandas sino apelar para nuestras emociones?
El cristiano ha sido llamado a dominar sus emociones. A esto la biblia lo llama “dominio propio”. Es un fruto del Espíritu, y es algo que nos puede librar de muchos problemas. Sin embargo, además de refrenar nuestras emociones, nosotros también podemos ministrar nuestras emociones para generar actitudes positivas. Por ejemplo, el amor es un sentimiento que cuando transformado en hechos genera buenas emociones. Todas las personas que sienten el amor, van a reaccionar de modo positivo al amor que sienten. ¿Hay excepciones? Si, lo hay. Pero recuerde: ¡Son excepciones!
Hay grande diferencia entre tener amor y transmitir amor. Yo creo que todo cristiano tiene amor. Lo afirmo porque la biblia así lo dice en Romanos 5.5: “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado”. Pero, el amor no fue derramado en nuestros corazones para estar ahí guardado: Dios quiere que manifestemos su amor.
Pero ¿Cómo transformar un sentimiento en acciones de amor? En este estudio quiero hablar sobre los cinco lenguajes del amor, que son los cinco medios a través de los cuales podemos hacer sentir amor.
Veamos cuales son:
1. El primero lenguaje del amor son las “Palabras de afirmación”
Mark Twain dijo cierta ocasión: “Un buen elogio puede mantenerme vivo durante dos meses”. Si fuéramos tomar esto en lo literal, seis elogios serian suficientes para mantener una relación por un año. Obviamente, todos necesitamos bien más que esto.
La primera forma de expresar amor es usar palabras que edifican. Salomón, uno de los hombres más sabios que ya vivió, dijo cierta vez: “La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos” (Pv 18.21). Aprender el poder de la afirmación mutua podría dar vida a muchos relacionamientos. “El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; Mas la buena palabra lo alegra” (Pv 12.25).
¿Cuantas palabras de afirmación usted dio a su esposo o esposa esta semana? ¿Cuántas palabras de afirmación usted dio a sus hermanos? Comience a transformar sentimiento en acciones.
2. El segundo lenguaje del amor es el “tiempo de cualidad”
Hablando de vida conyugal, es bueno decir que si dinero pudiese salvar una relación, los ricos nunca se divorciarían. Pero ¿Qué es lo que vemos actualmente sino un aumento considerable del numero de divorcio especialmente en las clases más favorecidas económicamente? Sin duda alguna el dinero y la comodidad no pueden comprar tiempo de calidad con la familia.
El rey David era un hombre muy ocupado y rico. Sin duda alguna no le faltaba ninguna comodidad a sus hijos. Pero, pocas familias han experimentado tanta desgracia como la familia del rey David. Un hijo asesinado, un hijo asesino, una hija violada, pleitos familiares, todo esto sucedió al rey porque jamás supo pasar tiempo de calidad con sus hijos.
No es suficiente amar, hay que demonstrar amor y una de las formas de demonstrar amor es pasando tiempo con las personas a quien amas.
3. El tercero lenguaje del amor son los “regalos”
El doctor Gary Chapman en sus estudios de antropología visitó varios países para estudiar personalmente aspectos de la cultura maya, asteca, las tribus de Polinesia, esquimos, los ainos en Japón, culturas orientales, occidentales, y en todas ellas se dio cuenta de que de que el acto de dar regalos hace parte de la relación de matrimonio. Y es más: En todas las culturas regalar algo es una gran señal de apreciación.
Antes de comprar un regalo pensamos en la persona. Así que aquél objeto es símbolo de aquel pensamiento. Un regalo es una demonstración de amor. Es algo que puedes sostener en sus manos y decir: “El pensó en mí”, “Ella se ha acordado de mí”. Ni siempre se trata de dar algo caro. Más que el regalo, a las personas les encanta el “recuerdo”, esto es, el saber que alguien se interesa por él/ella.
4. El cuarto lenguaje del amor son las “formas de servir”
Jesús dio un grande ejemplo de cómo expresar el amor a través del servicio al lavar los pies de los discípulos. En una cultura donde todos usaban sandalias e caminaban muchos quilómetros por día por carreteras empolvadas, era costumbre de los siervos lavar los pies de los invitados cuando ellos llegaban. Después de aquella lección de amor, el Señor animó sus discípulos a seguir su ejemplo.
Cuando la esposa sirve al esposo, le está demostrando su amor. Cada camisa planchada es un acto de amor. Del mismo modo, cuando el esposo arregla el techo, la tubería, hace un mantenimiento en la casa, arregla un electrodoméstico, en fin, estas cosas aparentemente insignificantes son lenguajes de amor que son interpretadas por aquellos con quien compartimos nuestras vidas.
El problema es que a todos nos gusta ser servidos, pero a casi nadie le gusta servir. Sin embargo, la recomendación de Jesús es: “Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros”(Lc 6.31).
5. Finalmente, el quinto lenguaje del amor es el “toque físico”
Hace mucho que se constató científicamente que el toque es una gran forma de comunicar amor. Los bebes que son abrazados desarrollan una vida emocional más sana que aquellos que son dejados a un costado por mucho tiempo, sin un contacto físico.
Pero la importancia del toque para el desarrollo de los niños no es un descubrimiento moderno: Los hebreos que vivían en la Palestina en el primer siglo ya reconocían las implicaciones de un toque y por esto traían sus hijos para que Jesús les tocara. Uno de los discípulos de Jesús se enojó con lo que hacia el maestro, pero fue reprendido: “Dejad los niños venir á mí, y no los impidáis; porque de tales es el reino de Dios” (Lc 18.16). El texto dice que Jesús tocó a todos y solo después los despidió.
Padres e hijos, en cualquier cultura, se tocan de manera cariñosa. Esposo y esposa que saben expresar amor de modo sabio también lo hacen.
El toque físico también es una forma de manifestar el amor conyugal. Andar de manos dadas, abrazar, besar, tener una vida sexual activa son formas de comunicar amor emocional a su cónyuge. Infelizmente, muchos permiten que los años apaguen aquel amor que debía durar toda la vida. ¿Como lo hacen? No practican los cinco lenguajes, y el amor mengua.
Sin embargo, el toque físico es un lenguaje que no está restricto a la vida sexual. Hay en todo el cuerpo pequeños receptores que llevan sensaciones de los nervios al cerebro. Estos, identifican los toques como suave o áspero, frio o caliente, y incluso pueden discernir se un toque es de amor o de hostilidad. Esta es también una de las razones porque la violencia física contra el cónyuge es algo tan vil y trauma tanto… muchas veces por toda la vida.
Toques, abrazos, besos al llegar y al salir. Cosas sencillas pero increíblemente eficaces para demonstrar el amor.
Conclusión:
Estos cinco lenguajes son muy eficientes en restaurar relacionamiento entre cónyuge, bien como en fortalecer los lazos de amistad entre padre e hijos. Resulta muy útil cuando aplicado a las relaciones entre cristianos, bien como en el trato entre creyentes y incrédulos. Esto porque estos cinco puntos sintetizan de forma eficaz la misión del creyente en ministrar amor.
No todas las personas dan igual importancia a los cinco lenguajes. Generalmente, a cada persona uno de estos lenguajes hablará más fuerte. Nuestro desafío práctico es descubrir cuál de estos cinco lenguajes habla más fuerte al corazón del cónyuge, de los hijos, de los padres, de los mejores amigos, de los hermanos, etc., y ministrarles amor. Recordando que “el que ama comerá del fruto que genera el amor”, esto porque amar es también sembrar.
Que Dios en Cristo nos ayude a transformar nuestras buenas intenciones en acciones de amor para con el prójimo.
Texto: Rm 13.8
Nuestras necesidades pueden tener tres orígenes: Físicas, emocionales y espirituales. De la satisfacción de estas necesidades depende nuestro bienestar. En lo físico, debemos alimentarnos, cuidar de nuestra apariencia y salud por medio del buen arreglo y de actividades físicas. En lo espiritual, nos nutrimos de la Palabra de Dios, nos fortalecemos en oración y nos desarrollamos en el ministerio. En lo emocional, debemos buscar el equilibrio de las sensaciones y sentimientos, contemplando buenas experiencias, pues al final, las emociones son las grandes responsables por las decisiones que tomamos.
Acepte usted o no, el hecho es que todos actuamos muchas veces por las emociones. Compramos por causa de las propagandas, y ¿Qué hacen las propagandas sino apelar para nuestras emociones?
El cristiano ha sido llamado a dominar sus emociones. A esto la biblia lo llama “dominio propio”. Es un fruto del Espíritu, y es algo que nos puede librar de muchos problemas. Sin embargo, además de refrenar nuestras emociones, nosotros también podemos ministrar nuestras emociones para generar actitudes positivas. Por ejemplo, el amor es un sentimiento que cuando transformado en hechos genera buenas emociones. Todas las personas que sienten el amor, van a reaccionar de modo positivo al amor que sienten. ¿Hay excepciones? Si, lo hay. Pero recuerde: ¡Son excepciones!
Hay grande diferencia entre tener amor y transmitir amor. Yo creo que todo cristiano tiene amor. Lo afirmo porque la biblia así lo dice en Romanos 5.5: “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado”. Pero, el amor no fue derramado en nuestros corazones para estar ahí guardado: Dios quiere que manifestemos su amor.
Pero ¿Cómo transformar un sentimiento en acciones de amor? En este estudio quiero hablar sobre los cinco lenguajes del amor, que son los cinco medios a través de los cuales podemos hacer sentir amor.
Veamos cuales son:
1. El primero lenguaje del amor son las “Palabras de afirmación”
Mark Twain dijo cierta ocasión: “Un buen elogio puede mantenerme vivo durante dos meses”. Si fuéramos tomar esto en lo literal, seis elogios serian suficientes para mantener una relación por un año. Obviamente, todos necesitamos bien más que esto.
La primera forma de expresar amor es usar palabras que edifican. Salomón, uno de los hombres más sabios que ya vivió, dijo cierta vez: “La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos” (Pv 18.21). Aprender el poder de la afirmación mutua podría dar vida a muchos relacionamientos. “El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; Mas la buena palabra lo alegra” (Pv 12.25).
¿Cuantas palabras de afirmación usted dio a su esposo o esposa esta semana? ¿Cuántas palabras de afirmación usted dio a sus hermanos? Comience a transformar sentimiento en acciones.
2. El segundo lenguaje del amor es el “tiempo de cualidad”
Hablando de vida conyugal, es bueno decir que si dinero pudiese salvar una relación, los ricos nunca se divorciarían. Pero ¿Qué es lo que vemos actualmente sino un aumento considerable del numero de divorcio especialmente en las clases más favorecidas económicamente? Sin duda alguna el dinero y la comodidad no pueden comprar tiempo de calidad con la familia.
El rey David era un hombre muy ocupado y rico. Sin duda alguna no le faltaba ninguna comodidad a sus hijos. Pero, pocas familias han experimentado tanta desgracia como la familia del rey David. Un hijo asesinado, un hijo asesino, una hija violada, pleitos familiares, todo esto sucedió al rey porque jamás supo pasar tiempo de calidad con sus hijos.
No es suficiente amar, hay que demonstrar amor y una de las formas de demonstrar amor es pasando tiempo con las personas a quien amas.
3. El tercero lenguaje del amor son los “regalos”
El doctor Gary Chapman en sus estudios de antropología visitó varios países para estudiar personalmente aspectos de la cultura maya, asteca, las tribus de Polinesia, esquimos, los ainos en Japón, culturas orientales, occidentales, y en todas ellas se dio cuenta de que de que el acto de dar regalos hace parte de la relación de matrimonio. Y es más: En todas las culturas regalar algo es una gran señal de apreciación.
Antes de comprar un regalo pensamos en la persona. Así que aquél objeto es símbolo de aquel pensamiento. Un regalo es una demonstración de amor. Es algo que puedes sostener en sus manos y decir: “El pensó en mí”, “Ella se ha acordado de mí”. Ni siempre se trata de dar algo caro. Más que el regalo, a las personas les encanta el “recuerdo”, esto es, el saber que alguien se interesa por él/ella.
4. El cuarto lenguaje del amor son las “formas de servir”
Jesús dio un grande ejemplo de cómo expresar el amor a través del servicio al lavar los pies de los discípulos. En una cultura donde todos usaban sandalias e caminaban muchos quilómetros por día por carreteras empolvadas, era costumbre de los siervos lavar los pies de los invitados cuando ellos llegaban. Después de aquella lección de amor, el Señor animó sus discípulos a seguir su ejemplo.
Cuando la esposa sirve al esposo, le está demostrando su amor. Cada camisa planchada es un acto de amor. Del mismo modo, cuando el esposo arregla el techo, la tubería, hace un mantenimiento en la casa, arregla un electrodoméstico, en fin, estas cosas aparentemente insignificantes son lenguajes de amor que son interpretadas por aquellos con quien compartimos nuestras vidas.
El problema es que a todos nos gusta ser servidos, pero a casi nadie le gusta servir. Sin embargo, la recomendación de Jesús es: “Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros”(Lc 6.31).
5. Finalmente, el quinto lenguaje del amor es el “toque físico”
Hace mucho que se constató científicamente que el toque es una gran forma de comunicar amor. Los bebes que son abrazados desarrollan una vida emocional más sana que aquellos que son dejados a un costado por mucho tiempo, sin un contacto físico.
Pero la importancia del toque para el desarrollo de los niños no es un descubrimiento moderno: Los hebreos que vivían en la Palestina en el primer siglo ya reconocían las implicaciones de un toque y por esto traían sus hijos para que Jesús les tocara. Uno de los discípulos de Jesús se enojó con lo que hacia el maestro, pero fue reprendido: “Dejad los niños venir á mí, y no los impidáis; porque de tales es el reino de Dios” (Lc 18.16). El texto dice que Jesús tocó a todos y solo después los despidió.
Padres e hijos, en cualquier cultura, se tocan de manera cariñosa. Esposo y esposa que saben expresar amor de modo sabio también lo hacen.
El toque físico también es una forma de manifestar el amor conyugal. Andar de manos dadas, abrazar, besar, tener una vida sexual activa son formas de comunicar amor emocional a su cónyuge. Infelizmente, muchos permiten que los años apaguen aquel amor que debía durar toda la vida. ¿Como lo hacen? No practican los cinco lenguajes, y el amor mengua.
Sin embargo, el toque físico es un lenguaje que no está restricto a la vida sexual. Hay en todo el cuerpo pequeños receptores que llevan sensaciones de los nervios al cerebro. Estos, identifican los toques como suave o áspero, frio o caliente, y incluso pueden discernir se un toque es de amor o de hostilidad. Esta es también una de las razones porque la violencia física contra el cónyuge es algo tan vil y trauma tanto… muchas veces por toda la vida.
Toques, abrazos, besos al llegar y al salir. Cosas sencillas pero increíblemente eficaces para demonstrar el amor.
Conclusión:
Estos cinco lenguajes son muy eficientes en restaurar relacionamiento entre cónyuge, bien como en fortalecer los lazos de amistad entre padre e hijos. Resulta muy útil cuando aplicado a las relaciones entre cristianos, bien como en el trato entre creyentes y incrédulos. Esto porque estos cinco puntos sintetizan de forma eficaz la misión del creyente en ministrar amor.
No todas las personas dan igual importancia a los cinco lenguajes. Generalmente, a cada persona uno de estos lenguajes hablará más fuerte. Nuestro desafío práctico es descubrir cuál de estos cinco lenguajes habla más fuerte al corazón del cónyuge, de los hijos, de los padres, de los mejores amigos, de los hermanos, etc., y ministrarles amor. Recordando que “el que ama comerá del fruto que genera el amor”, esto porque amar es también sembrar.
Que Dios en Cristo nos ayude a transformar nuestras buenas intenciones en acciones de amor para con el prójimo.